miércoles, 11 de julio de 2012

Tolerancia


"Creo que una brizna de hierba no es inferior a la jornada de los astros
y que la hormiga no es menos perfecta ni lo es un grano de arena…”
Walt Whitman
Hace unos días, mientras el programa estaba al aire, en ese preciso instante, surgieron en mí varias inquietudes, al hablar de tolerancia nos preguntamos, en dónde radica la base de tan valioso precepto, indispensable para convivencia del ser humano. ¿Cuándo la intolerancia se vuelve un peligro, una amenaza hacia nuestra propia especie? No pude dejar de pensar en cuantas veces algo o alguien me ha parecido sencillamente insoportable, parto entonces del hecho de que la ejecución del acto de intolerancia, parte de la capacidad que tenemos de imponer nuestro criterio, es decir, del poder que somos capaces de ejercer sobre una o más personas. La historia del poder es la misma historia de la civilización, en tal virtud, desde hace miles años todo lo que atente contra el poder establecido simplemente es intolerable, cuando atacamos verbal o físicamente a una persona o un grupo de personas, individual o colectivamente, defendemos una creencia; de que obramos bien en contra de quienes obran mal, todo esto enmarcado dentro de un parámetro de principios y valores que pueden o no, ser concordantes con un gobierno, una religión, una orientación sexual etc., lo absurdo de todo esto es que pocas veces nos tomamos la molestia de conocer el motivo por el cual una persona piensa, habla, viste, piensa, opina o vive de manera distinta a nosotros, comúnmente restamos importancia a todo lo que nos es ajeno, vivimos alienados por un mundo que nos desnaturaliza como humanidad y se empeña en convertirnos en autómatas, presas de nuestra propia capacidad de ignorar un rostro ajeno al que vemos en el espejo. Si, el poder es la guillotina que decapita la razón y el sentido común, cuando de ser tolerantes se trata, pero el egoísmo y la apatía por el destino de nuestra propia especie es, en realidad, la antesala del abuso y la violencia.

domingo, 28 de agosto de 2011

Pablo Neruda

"Y yo, mínimo ser,
ebrio del gran vacío constelado,
a semejanza, a imagen del misterio,
me sentí parte pura del abismo,
rodé con las estrellas,
y mi corazón se desató en el viento..."

viernes, 26 de agosto de 2011

Abandono...


Abandono el miedo a la soledad, abandono la madriguera de un simple consuelo y me rebelo contra  las sombras, huyo de la pertinaz lluvia de miradas  y las cómplices palabras de las sociedades disfrazadas de amistades, abandono mi celda de apariencias y artificiales beldades, para correr tras el aroma del viento y el cantar de las aves…….

lunes, 15 de agosto de 2011

I

He dejado de escribirte, y he poblado de soledad todos los rincones de mi diario,
porque hasta las penas mueren de tanta agonía, y de todo queda nada que se escape de las manos,
nada que pueda agitar los mares del alma, ni huellas que marquen el camino de vuelta a casa...

sábado, 16 de julio de 2011

Poesía, más que una palabra...

"Se ha dicho que el poeta es el gran terapeuta. En ese sentido, el quehacer poético implicaría exorcisar, conjurar y, además, reparar. Escribir un poema es reparar la herida fundamental, la desgarradura. Porque todos estamos heridos".

Escribo para escapar de este mundo y huyo dentro de mí mismo, donde solo pueblan delirantes las ilusiones de un alquimista, donde sólo basta una mirada o un suspiro y hasta una lágrima, para romper el silencio y dejar volar las palabras, donde la soledad es más que un estado de ánimo, es una sobria realidad y una inquieta compañera que no deja de preguntar. Aquí, dentro de mí, donde enloqueciendo recupero la cordura…

domingo, 10 de julio de 2011

Tiempo

No perdamos nada de nuestro tiempo; quizá los hubo más bellos, pero este es el nuestro.